marzo 04, 2010

MÍNIMA, LA REDUCCIÓN DE LA DURACIÓN DE LOS DÍAS

Boletín UNAM-DGCS-136
Ciudad Universitaria.
14:45 hrs. 3 de marzo de 2010


• Jaime Urrutia Fucugauchi, especialista del Instituto de Geofísica (IGf), explicó que la reducción de 1.26 milisegundos al día, es un cambio muy pequeño e imperceptible en la vida cotidiana


• Lo más importante es la modificación en el vínculo que mantiene la Tierra con la Luna

Tras el terremoto chileno, el eje de la Tierra se desvió ocho centímetros; sin embargo, este efecto no es el más grande e importante, sino la relación que mantiene la Tierra con la Luna.

El movimiento de 2.7 milisegundos provocado por el sismo que se registró en Chile, es un cambio muy pequeño e imperceptible en la vida cotidiana que ocasionará una mínima reducción de la duración de los días, explicó Jaime Urrutia Fucugauchi, especialista del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Incluso, la reducción de 1.26 milisegundos al día, agregó, está por debajo de la capacidad de detección experimental de medición.

Luego de que especialistas de la NASA informaran que tras el terremoto chileno de 8.8 grados en escala de Richter, el eje de la Tierra se desvió ocho centímetros, Urrutia Fucugauchi precisó que este efecto no es el más grande e importante, sino la relación que mantiene la Tierra con la Luna.

La interacción entre ambas, explicó, ha ido modificando la duración del día y este cambio ha sido acumulativo. En el periodo precámbrico el día sólo tenía una duración de 10 horas.

Esto, agregó, se debe a que la Luna se aleja paulatinamente y el día es más largo porque la Tierra rota un poco más lento. La intención de medir esto en los temblores, mencionó el investigador del IGf, es conocer si puede o no contrarrestar el efecto.

Entre los investigadores, mencionó, se tiene la teoría de que los milisegundos son acumulativos. Por ello, desde 1960 analizamos si los temblores de grandes magnitudes pueden ocasionar una acumulación de efectos secundarios.

Sin embargo, dijo, esto aún no se puede comprobar porque la capacidad de detección es insuficiente para medir cambios tan pequeños, aunque se mantiene la idea de que los efectos sí se acumulan.

Urrutia Fucugauchi señaló que un .00126 segundo, es decir, una milésima de segundo, está por debajo de la medición directa de la rotación.

Cualquier redistribución de masa en la superficie de la Tierra provoca el cambio en su velocidad de rotación. Tenemos cambios similares de un milisegundo con las variaciones que sufre el planeta al darle la vuelta al Sol.

En el invierno, sostuvo, la rotación se hace un poco más lenta y el día se incrementa un milisegundo; y en el verano, ocurre lo contrario, la rotación aumenta y el día se hace más corto.

“Si se pone un giróscopo a rotar y se le da un empujón, éste puede ocasionar que gire más rápido o más lento, según sea la intensidad. Este efecto ocurrió con el temblor, es como un empujón que se le dio a la Tierra, lo que ocasionó una modificación en su rotación”, detalló.

Chile tiene los registros de temblores de mayor intensidad. En l960, la magnitud fue de 9.5 en la escala de Richter. “No hay ninguno que se le acerque”.

Para concluir, subrayó que comparando los efectos que causó el temblor de Sumatra en diciembre de 2004 con una magnitud de 9.1, se pensaría que éste tendría efectos más importantes; sin embargo, son menores y se debe a que cuando la perturbación del sismo es en la parte ecuatorial, el efecto es menor, y si se afecta la parte de latitudes más altas, es mayor.

– o0o –

1 comentario:

gecko dijo...

hola. me parece muy interesante esta información, pido permiso para empezar de curioso, y prefiero preguntar a los expertos, que de CIERTO hay en eso del proyecto HAARP de los EU que por medio de radiaciones electromagnéticas se pueden generar sismos?
gracias
estaría excelente que den difusión a todo tipo de eventos como el que ocurrió en la Universidad de Morelos