México.- El corazón de la capital mexicana se llenó hoy de miles de personas entusiasmadas mirando al cielo y cientos de telescopios para no perder detalle del primer eclipse lunar total del año, visible en todo el continente americano.
Más de doscientos astrónomos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de otras instituciones se congregaron en el Zócalo capitalino, una de las principales plazas del mundo, para observar y ayudar a los capitalinos a comprender el fenómeno astronómico.
Como evento previo al Año Internacional de la Astronomía, que se celebrará en 2009, el Instituto Nacional de Astronomía organizó esta actividad donde más de un centenar de telescopios de 20 clases apuntaron a un cielo despejado mientras los capitalinos hacían fila para observar con más detalle el eclipse.
Este fenómeno se produce cuando la Tierra se interpone entre la Luna y el Sol, y a la Luna la cubre totalmente la sombra del planeta.
Según la UNAM, la importancia del día de hoy reside en que "hace décadas que los capitalinos ya no gozan de la experiencia de observar estrellas, constelaciones, planetas y nuestra galaxia, la Vía Láctea" y no se podrá observar otro fenómeno astronómico similar en México hasta el 20 de diciembre de 2010.
Durante el eclipse realizaron actividades como conciertos, bailes, conferencias, actividades para niños y módulos de información, todos ellos relacionados con el fenómeno astronómico.
El presidente de la organización Astronomía Educativa, Alvaro Rodríguez, explicó a Efe que primero la Luna se vería llena y con tonos grisáceos, para ir tornándose amarillenta y rojiza a medida que fuera desapareciendo.
Agregó que además este año se vería más oscuro que otros debido a que hace unas semanas hizo erupción un volcán en Ecuador y las cenizas continúan en la atmósfera.
"La gente tiene preocupaciones y temores sobre los eclipses, con este evento queremos que entiendan que los eclipses no son malos", dijo.
El planeta saturno también se pudo apreciar debajo de la Luna, y con ciertos telescopios se llegaron a ver con claridad sus anillos.
Para aquellos que no tenían telescopio, dos pantallas gigantes retransmitieron la visión de alguno de ellos.
Rodríguez explicó que al año se producen unos cuatro eclipses de Sol y de Luna, pero la mayoría son sólo observables desde el mar.
Recordó que los eclipses lunares fueron un buen augurio para las civilizaciones prehispánicas, señal de renacimiento, con lo que coincidió Rolando Tornel, responsable de difusión de la UNAM, quien dijo que "los antiguos mexicanos basaban sus culturas en la observación del cielo", e incluso elaboraban sus ciudades de acuerdo a los astros.
Indicó también que se sabía desde el siglo XVI que este eclipse iba a ocurrir ahora.
Arturo Montalvo, un aficionado que llevó un telescopio hecho por él mismo de 14 pulgadas, aseguró que los eclipses lunares son "eventos mágicos".
"En este universo en el que vivimos tenemos la suerte de ser observadores de estos fenómenos", concluyó.
EFE
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