* Los reyes de España encabezaron la ceremonia en el Observatorio del Roque de los Muchachos * El rector de la UNAM, José Narro Robles, dijo que impulsar la investigación significa abrir la mente, buscar mejores horizontes y luchar contra la ignorancia * Su cristalización fue posible gracias al trabajo conjunto de la Universidad Nacional, la administración General del Estado español, el INAOE, la Universidad de Florida y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional de la Comunidad EuropeaBoletín UNAM-DGCS-437bis
Ciudad Universitaria
A casi dos años de haber captado por primera vez luz proveniente del espacio (el 13 de julio de 2007), y a unos días de dar a conocer la primera imagen de la galaxia M51 (localizada a 23 millones de años luz de la Tierra), el Gran Telescopio de Canarias (GTC) fue inaugurado por los reyes de España, en un acto que la comunidad científica internacional describió como “el primer paso para develar muchos de los enigmas del cosmos”.
En su intervención, el rector de la UNAM, José Narro Robles, dijo que la astronomía que hoy se practica en México tiene un espacio en la ciencia mundial, al tiempo que destacó la necesidad de impulsar la investigación científica, lo que permite abrir la mente, buscar mejores horizontes y luchar contra la ignorancia.
A nombre de la comunidad científica, manifestó que esa disciplina forma parte importante de nuestra historia y de una auténtica aventura humana; esta fecha, añadió, quedará inscrita en las efemérides de la investigación astronómica porque las contribuciones al conocimiento del universo, a partir de los trabajos realizados con el GTC, serán de gran valía.
Narro Robles agradeció el apoyo a la UNAM por esta colaboración multinacional y asimismo por la reciente distinción por el Premio Príncipe de Asturias otorgado a esta máxima casa de estudios y señaló que la Universidad es un orgullo del país. Su significado en la investigación está fuera de toda discusión y su papel en las humanidades es de gran relevancia, expresó.
En su oportunidad, el rey Juan Carlos I de Borbón resaltó la importancia de la cooperación internacional para consolidar este proyecto. El GTC, dijo, es ejemplo de una eficaz cooperación e integración de esfuerzos entre el gobierno de su país, la comunidad autónoma de Canarias y el apoyo de la Unión Europea a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER).
“Cooperación también internacional gracias a la estimable aportación de la Universidad de Florida y de la Autónoma de México, junto al Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica de aquella nación”, indicó.
Por su parte, la ministra de Ciencia e Innovación de España, Cristina Garmendia, sostuvo que el Gran Telescopio de Canarias supone un paso importante en la consolidación de la ciencia española entre los países más avanzados.
Esa nación europea es ya la novena potencia científica mundial y la octava en astronomía; “en los últimos 20 años nuestra producción científica se ha multiplicado por nueve, mientras que la del mundo en su conjunto lo ha hecho por dos”, precisó.
Estuvieron presentes, entre otros, la reina Sofía; el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero; el representante de la Universidad de Florida, Joseph Glover; así como el fundador y director del Instituto de Astrofísica de Canarias, Francisco Sánchez.
Resultado del trabajo conjunto
La cristalización del proyecto fue posible gracias al trabajo conjunto de la Administración General del Estado español, la UNAM, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) del Conacyt, la Universidad de Florida y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) de la Comunidad Europea.
Después de un largo recorrido que comenzó en el 2000, cuando inició su construcción, hasta hoy, el telescopio óptico-infrarrojo más grande del mundo abrió sus puertas a uno de los proyectos astronómicos más ambiciosos de todos los tiempos.
En marzo del 2004, el equipo técnico del Instituto de Astronomía terminó las pruebas para el montaje de la llamada cámara de verificación para el GTC, que fabricó en colaboración con el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial de Querétaro, del Conacyt.
La cámara calcula la posición y la alineación de los 36 segmentos del espejo primario del GTC para formar una sola superficie o define cuál debe ser la posición del espejo secundario con respecto al primario.
El sistema consta de sensores que detectan la posición del segmento, informan al sistema de control y, según la información recibida, envían una nueva orden para corregir, si es necesario, la posición en cada espejo. Esta orden es ejecutada por unos actuadores situados debajo de cada uno de los 36 segmentos.
Ensayos previos
Desde 2007, científicos de diversas partes del mundo han hecho uso de sus instalaciones para propósitos muy variados, desde determinar cómo es el proceso de formación de las estrellas, hasta observar astros ricos en metal en la constelación de la Osa Mayor o dar a conocer la primera imagen de la galaxia M51, logro inédito en el que colaboró la Universidad Nacional.
Cada una de estas iniciativas proporciona a los científicos una idea del potencial de este mirador. Por ejemplo, para observar la galaxia M51 se utilizó un espectógrafo llamado OSIRIS (proyecto en el que participa la UNAM a través del investigador Jesús González, del Instituto de Astronomía).
Se trata de un artefacto tan potente que para captar a detalle este cuerpo celeste sólo necesitó una exposición de dos minutos, mientras que con un telescopio de metro y medio de diámetro se hubiera requerido una exposición de casi cuatro horas.
La llamada cámara del Sistema Óptico para Imagen y Espectroscopía Integrada de baja Resolución, es el primer instrumento científico de gran precisión óptica y mecánica del GTC que fue enviado por el Instituto de Astronomía de la UNAM a principios del 2006.
OSIRIS opera en dos formas de trabajo esenciales. Una de ellas es la obtención directa de imágenes de gran campo (ocho por ocho minutos de arco) de excelente calidad, y la otra, es la espectroscopía de baja y mediana resolución, que analiza la descomposición de la luz en longitudes de onda muy precisas de los objetos observados.
Poco a poco, se afinaron los detalles para la inauguración de hoy. De este largo proceso fueron testigos no sólo los científicos asignados a este complejo, sino cualquiera que atinó a recorrer la zona, porque hace apenas unos días los paseantes presenciaron un espectáculo inusual, cuando el observatorio comenzó a girar sobre sí mismo, a abrir su compuerta y elevarse para apuntar su mirada hacia el firmamento.
Un proyecto de altas miras
El GTC cuenta con un gran espejo de 10.4 metros de diámetro cuyo poder de visión equivale al de cuatro millones de pupilas humanas, pero este potencial no es suficiente para escudriñar a detalle el universo. Por ello, además de OSIRIS, en el GTC se instalarán una serie de instrumentos de vanguardia que permitirán observar objetos cósmicos hasta hace poco invisibles.
Tal es el caso de Canaricam, una cámara infrarroja que hará que una sola noche de observación equivalga a 40 en un observatorio de seis metros. Este aparato, construido por la Universidad de Florida, estará listo para ser usado en la primavera de 2010.
Otro artefacto que permitirá estudiar la formación de estrellas es Emir, un espectógrafo multiobjeto diseñado por el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Sin embargo, el desarrollo que más llama la atención en la UNAM es Frida; se trata de un proyecto liderado por el Instituto de Astronomía de esta casa de estudios que permitirá realizar observaciones espectroscópicas en tres dimensiones y arrojará un retrato del cosmos como nunca antes se había visto.
Frida es una cámara infrarroja con unidad de campo integral para el sistema de óptica adaptativa, otro de los instrumentos científicos con tecnología de punta del GTC, aún en etapa de diseño y con el liderazgo del Instituto de Astronomía, además de la colaboración del Instituto de Astrofísica de Canarias, la Universidad de Florida, el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial de Querétaro, la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Marsella y el Laboratorio de Astrofísica del Observatorio Midi-Pyrènèens.
Esta cámara tiene la característica de contar con una unidad integral de campo, que toma imágenes de un objeto observado en el universo, hace cortes y los pasa por la rendija del espectógrafo, que descompone la luz en sus diferentes longitudes de onda y permite así entender los procesos físicos que ocurren en el objeto.
La ley del cielo
Por sus condiciones geográficas, y contaminación lumínica casi nula, Canarias ha sido desde siempre un lugar óptimo para la observación astronómica.
Fue así como se decidió que este mirador se construyera en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, en la isla canaria de La Palma.
La zona se ha hecho célebre por la transparencia de su aire y su altura. Al estar a 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar, frecuentemente ha sido descrito como un pedazo de tierra que flota sobre un “océano de nubes”.
Sin embargo, el factor determinante para la elección de este sitio fue que ahí rige la llamada “ley del cielo”, una norma que sanciona cualquier actividad que interfiera con la observación astronómica, como la contaminación lumínica y radioeléctrica, el tránsito aéreo y la polución atmosférica.
Así, a partir de hoy el GTC comenzará a oficialmente a escudriñar el cielo para descifrar los enigmas que oculta el espacio, y como se dijo en el año 2000, cuando inició la construcción del observatorio, “en toda la Tierra, no hay mejor lugar que Canarias para alcanzar las estrellas”.