La Jornada de Oriente - Puebla
La construcción del observatorio de rayos gamma más grande del mundo, que se pretende instalar en el cerro La Negra, enfrenta problemas presupuestales y burocráticos que han retrasado el proyecto científico por más de un año.
El observatorio de rayos gamma será el más grande de su tipo en el mundo, por lo que podrá ser capaz de monitorear las 24 horas del día los objetos que emitan las energías más fuertes en el espacio, de acuerdo con un resumen del proyecto elaborado por el INAOE / Foto José Castañares
En primera, los investigadores de las seis instituciones científicas y educativas que trabajan en el observatorio no han encontrado el respaldo económico esperado de los gobiernos mexicano y estadounidense, por lo que en tres años sólo han amarrado una séptima parte del presupuesto que requieren, el cual asciende a 7 millones de dólares.
En segunda, las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la Comisión Nacional del Ambiente (Conam) endurecieron los requisitos para la construcción de proyectos científicos en la Sierra Negra, debido a que la zona está en el Parque Nacional Pico de Orizaba, una de las 69 áreas naturales protegidas del país.
Aun así, el integrante de la red de investigación binacional México–Estados Unidos que promueve el observatorio, Alberto Carramiñana Alonso, es optimista, pues afirma que los directivos del INAOE y de la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos (NSF por sus siglas en inglés) se comprometieron a aportar el primer millón de dólares, con el cual podrán echar a andar la primera etapa del proyecto.
China y Bolivia disputaban la sede
El observatorio de rayos gamma del volcán de la Sierra Negra, también denominado High Altitude Water Cherenkov (HAWC), será el más grande de su tipo en el mundo, por lo que podrá ser capaz de monitorear las 24 horas del día los objetos que emitan las energías más fuertes en el espacio, de acuerdo con un resumen del proyecto elaborado por el INAOE.
La idea surgió a mediados de 2007, cuando investigadores de EU, que operaban un observatorio en California llamado “Milagro”, conocieron el Gran Telescopio Milimétrico que el INAOE y la Universidad de Massachusetts construyeron en el volcán de la Sierra Negra.
Los científicos estadounidenses se acercaron a los integrantes de la Coordinación de Astrofísica del INAOE, encabezada por Alberto Carramiñana, para proponerles la instalación de un observatorio de rayos gamma a gran altura en el mismo lugar.
Carramiñana explica que, antes de que se definiera el desarrollo del proyecto en Puebla, los investigadores analizaron instalar el observatorio de Rayos Gamma HAWC en una zona del Tibet, así como en el norte de Los Andes, en Bolivia.
En Bolivia y China existen condiciones geográficas mejores, afirma, porque allá se alcanzan alturas de hasta 4 mil 800 metros y 4 mil 600 metros, respectivamente, cuando en La Negra el punto disponible más elevado es de 4 mil 100 metros.
Los integrantes del INAOE formaron una colaboración mexicana con los integrantes del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como de las universidades públicas de Puebla, Guanajuato y Michoacán para convencer la construcción del observatorio en La Negra.
Entrevistado en las instalaciones del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, localizadas en el municipio de Tonantzintla, Carramiñana agrega: “el problema de Bolivia fue la carencia de un grupo científico lo suficientemente grande para soportar el proyecto; China sí lo tenía, por lo que tuvimos que convencer a los investigadores estadounidenses de que nosotros éramos iguales o más capaces que los compañeros asiáticos”.
Finalmente, los operadores del observatorio Milagro decidieron desmantelar dicha instalación astronómica para trasladarla a Puebla e iniciar el proyecto del HAWC.
Escaso presupuesto, primera barrera
De acuerdo con los planes originales, el observatorio de rayos gamma comenzaría a construirse a finales de 2007, para poderlo operar a partir de 2010 con la ayuda de 60 especialistas en el ramo. Sin embargo, la falta de recursos económicos provocó que las fechas se postergaran dos años más.
Hasta el momento cuatro instituciones se han comprometido a invertir en el proyecto: la NSF, el INAOE, la UNAM y la Universidad de Chiapas.
Carramiñana precisa que los directivos de la Fundación Nacional de la Ciencia –agencia independiente del gobierno estadounidense que financia 20 por ciento de la investigación básica en los institutos y universidades de EU– asignaron al observatorio 900 mil dólares, los cuales aún no han sido liberados.
Las autoridades del INAOE, agrega, se comprometieron a invertir 150 mil dólares en un periodo de tres años, mientras que los representantes de la UNAM y la Universidad de Chiapas analizan el presupuesto anual, para definir el monto que destinarán al proyecto.
“Si todo sale bien a finales de 2009 iniciaremos la construcción del HAWC, por lo que en 2012 el observatorio estará terminado y podrá arrojar los primeros resultados científicos”, afirma el coordinador de Astrofísica del INAOE, al agregar que aún está pendiente la aportación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del gobierno de Puebla.
Mientras un grupo de investigadores continúa tramitando recursos ante los gobiernos mexicano y estadounidense, así como ante las agencias de investigación, otro se encarga de adquirir los permisos de la Semarnat para la construcción del observatorio de rayos gamma.
Para poder operar, el observatorio requiere la instalación de 900 tanques de agua de gran tamaño, los cuales se colocarían en una meseta que se ubica en la parte media del cerro La Negra.
Debido a que la zona está dentro del Parque Nacional Pico de Orizaba, la Semarnat analiza el impacto que tendrá en la flora y fauna la construcción de un camino que un kilómetro de longitud que unirá al observatorio con la vía que conduce al Gran Telescopio Milimétrico.
Aunque en el proyecto no se considera el derribo de árboles, prosigue Carramiñana, una de las condicionantes fijadas por las autoridades de la Semarnat nos obliga a colaborar en la restitución del medio ambiente del lugar.
“Esas disposiciones no se aplicaron a los encargados de construir el Gran Telescopio Milimétrico, pero nosotros estamos dispuestos a cumplir las instrucciones de la Secretaría de Medio Ambiente”, asevera.
HAWC estudiará actividad volcánica
El objetivo principal del observatorio HAWC será elaborar un mapa de la bóveda celeste para descubrir nuevas fuentes de rayos gamma, en los cuales se concentra la energía más elevada del universo.
Sin poder esconder su entusiasmo, Alberto Carramiñana expone: “con el observatorio podremos estudiar diferentes fenómenos astrofísicos; conocer los ambientes más extremos del universo, ahí suceden cosas violentas: chorros de gas que van casi a la velocidad de la luz y chocan contra materia”.
Además, agrega, se podrán realizar observaciones profundas del sol, el cual iniciará un periodo de gran actividad en 2012, así como estudiar la actividad del volcán Pico de Orizaba, del cual sacarán tomografías de la cámara magmática.
El investigador asegura que la incorporación de observatorio HAWC representará un gran avance para la ciencia en el estado y el país, pues investigadores y estudiantes podrán realizar proyectos de tesis en sus instalaciones sin que tengan que irse a otros países.
“Necesitamos demostrar que en Puebla y México existe investigación de relevancia, que no es necesario irse al extranjero para tener proyectos de primera línea”, comentó.
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