Xavier Hernández y Sergio Mendoza
miércoles 29 de septiembre 17:30hrs.
Auditorio Paris Pishmish
Instituto de Astronomía
Criticó la falta de interés de la industria nacional por el impulso a la tecnología
Para crecer en el ámbito mundial, México debe apostar por que el conocimiento sea uno de los motores de su desarrollo, por lo que necesita generar una mayor relación entre academia e industria, y que los tomadores de decisiones por fin desarrollen una política de Estado en materia de ciencia y tecnología, sostuvo Luis Felipe Rodríguez Jorge, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El astrónomo mexicano, cuyos más de 400 artículos han sido citados en 12 mil ocasiones en la literatura internacional especializada, será investido con el doctorado honoris causa de la máxima casa de estudios este jueves, gracias a sus contribuciones al conocimiento científico.
Ayer, con motivo de los 100 años de la Universidad Nacional, impartió la conferencia magistral Desarrollos recientes en formación estelar, en el Instituto de Astronomía.
Luis Felipe Rodríguez Jorge será investido con el doctorado honoris causaFoto María Luisa Severiano
Entrevistado al término de su ponencia, el investigador aseguró que si bien los gobernantes destacan la relevancia para el país de la ciencia y la tecnología, lo hacen sólo en el discurso y no en las acciones, por lo que México se ha rezagado en comparación con naciones de condiciones similares, como Brasil o la India. Además, la inversión en el rubro es menor a 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), muy lejano a Brasil, que con problemas igual o más graves que México
destina a esos sectores más de uno por ciento de su PIB.
Los tomadores de decisiones hablan de estos temas; ya muchos gobernadores entienden que son factor económico. Sin embargo, lo entienden de una manera parcial, ya que es una apuesta complicada y no tienen claro cómo implementarlo. Éste es un factor a resolver
, sostuvo.
Además del escaso apoyo económico, en México no se ha logrado vincular la ciencia con los sectores productivos y económicos. Requerimos que el país se mueva a una situación en la que haya más ciencia, pero que a la vez ésta se aplique, resuelva problemas y genere beneficios económicos
.
Para el radioastrónomo, el rezago científico del país se debe a varios factores: la desorganización, la falta de una política de Estado, la descoordinación de la comunidad científica, los bajos presupuestos y la falta de interés de la industria.
Durante la conferencia abordó su principal tema de investigación: el nacimiento y juventud de las estrellas. Dijo que esos objetos celestes nacen de enormes nubes de gas y polvo que abundan en el cosmos.
El proceso de formación de las protoestrellas, como se llama a los astros recién nacidos, se caracteriza por dos factores. En primer lugar es rodeada por un disco que alimenta al objeto central y transporta gas y polvo y, en segundo lugar, se crea un cuerpo conocido como chorro
que expulsa el flujo magnético de la estrella, produce flujos moleculares y permite que la acreción siga.
Recientemente Rodríguez Jorge ha emprendido el estudio de estrellas de alta masa (más grandes de 20 a 100 veces que el Sol), pues encontró que en objetos similares a la masa del Sol aparecen los discos
y los chorros
, cosa aún no comprobada en objetivos celestes más grandes.
Explicó que estos estudios ayudan a entender cómo se formó nuestro sistema solar hace millones de años y cómo se ha desarrollado el universo.
Al mismo tiempo, en la Torre de Ingeniería de la UNAM, el sismólogo argentino Vitelmo Victorio Bertero Risso, quien también recibirá el doctorado honoris causa, impartió una ponencia magistral sobre los recientes sismos que azotaron a Haití y a Chile.
Sostuvo que las diferencias en el número de muertes provocadas por el evento sísmico en la nación caribeña (más de 300 mil) y la andina (565) fueron la falta de una cultura sísmica, el tipo de edificaciones y la pobreza del primer país.
Resaltó que la inspección adecuada y exhaustiva en la construcción por parte de especialistas es una obligación en naciones vulnerables, tanto en el diseño como en el detallado de los refuerzos, lo cual implica mayor participación del gobierno.
En 1910, al ponerse en marcha las actividades de la entonces Universidad Nacional de México, esa casa de estudios otorgó los primeros diez doctorados honoris causa.
En aquella ocasión, los reconocidos fueron Gabriel Mancera, Víctor Manuel II (rey de Italia), Rafael Altamira y Crevea, Emilio Adolfo Behring, Andrés Carnegie, Carlos Alfonso Laverán, José Ives Limantour, José Lister, Agustín Rivera y Teodoro Roosevelt.
Un siglo después, con motivo del centenario de la hoy Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en abril pasado el Consejo Universitario otorgó a 16 personajes (ocho mexicanos y ocho extranjeros) su más alta distinción académica, cuya ceremonia de investidura se realizará el jueves 23 de septiembre en el Palacio de Minería.
El artículo 3 del Reglamento del Reconocimiento al Mérito Universitario señala que este grado podrá ser conferido a los profesores o investigadores mexicanos o extranjeros con méritos excepcionales, por sus contribuciones a la pedagogía, a las artes, a las letras o a las ciencias, o a quienes hayan realizado una labor de extraordinario valor para el mejoramiento de las condiciones de vida o del bienestar de la humanidad
.
Los mexicanos reconocidos son: los escritores José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis (a quien se le otorgará posmortem); la antropóloga Linda Rosa Manzanilla Naim, el cirujano plástico Fernando Ortiz Monasterio, el astrónomo Luis Felipe Rodríguez Jorge, el pintor y escultor Federico Silva, el filósofo Ramón Xirau y el economista David Ibarra.
Los otros galardonados son el lingüista estadunidense Noam Chomsky, la dirigente indígena nicaragüense Mirna Kay Cunningham, el sismólogo argentino Vitelmo Bertero Risso, la filóloga germano-mexicana Margit Frenk, el filósofo español Ángel Gabilondo Pujol, la feminista y dirigente social egipcia Nawal El Saadawi, la dirigente social francesa Simone Veil (quien no podrá viajar a México por motivos de salud) y el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Los premiados impartirán varias conferencias magistrales en la UNAM para acercarse a la comunidad universitaria; con esto serán partícipes de las actividades de la celebración por el centenario de la institución.
Federico Silva Gutiérrez iniciará el ciclo con la ponencia Identidad y Memoria, el lunes 20 a las 11 horas en el patio central de la Academia de San Carlos. Un día después, a las 11 de la mañana Nawal El Saadawi y Noam Chomsky compartirán sus conocimientos con los universitarios, la activista egipcia en la Coordinación de Humanidades y el lingüista estadunidense en la Sala Miguel Covarrubias.
Una hora más tarde coinciden Vitelmo Victorio Bertero, quien hablará sobre los sismos de 2010 en Haití y Chile, en el auditorio José Luis Sánchez Bribiesca de la Torre de Ingeniería; David Ibarra con el tema Política fiscal en México, en el auditorio Narciso Bassols de la Facultad de Economía, y Luis Felipe Rodríguez, en el auditorio París Pishmish del Instituto de Astronomía, quien abordará la formación estelar.
Las actividades centrales de la UNAM para festejar su centenario se realizarán 22 y 23 de septiembre, por lo que las ponencias se retomarán el viernes 24 a las 11 horas con Mirna Kay Cunningham Kain en el auditorio Alfonso Caso, donde hablará sobre la declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas.
Ese día, a las 17 horas, José Emilio Pacheco y Mario Vargas Llosa debatirán sobre literatura en la sala Nezahualcóyotl.
El 27, al mediodía, Ortiz Monasterio tocará el tema de la investigación clínica, en el auditorio Raoul Fournier de la Facultad de Medicina. Dos días después, Ramón Xirau impartirá la conferencia Recuerdos de diálogos, en la sala José Gaos del Instituto de Investigaciones Filosóficas; Linda Rosa Manzanilla hablará sobre la formación del estado arcaico en Egipto y Mesopotamia en la Facultad de Ciencias.